Después de un fin de semana en Burgos con una dieta basada en gran medida a base de carne, hoy en el curro he podido comprobar que poseo un intestino bastante largo. No sé a vosotros, pero a mi la carne me estiptica, esto es, me produce estreñimiento. Generalmente prefiero comerla en su justa medida, y si me doy un atracón de carnaza después lo compenso con algo de verdura, pero hay veces que esto no es posible.
Y así ha ocurrido hoy, después del fin de semana carnívoro he desayunado unas tostadas de tomate con aceite, a media mañana mis galletitas de cereales con un té y para comer pasta. Resultado a la hora de terminar de comer: una terrible presión en la parte baja del intestino grueso o también llamado ojete. Pues bien, el tema está en que me he sorprendido a mi mismo de la capacidad y longitud de mi intestino, algo extraordinario, igual que lo fantásticamente bien que traga el váter del curro.
Creo que en 30 años de existencia jamás había visto algo así. Si alguien quiere detalles no tiene más que pedirlos.