Elementos necesarios: Se precisa tener jornada partida, aprovechar el descanso para ir al gimnasio, meter la ropa interior sudada en una bolsa y darse cuenta, tras salir de la ducha de que no te has traído ropa para cambiarte.
Perfil del atleta: Se precisa capacidad de concentración, arte para el disimulo y sangre fría.
Estrategia recomendada (para caballeros):
- Taparte con la toalla hasta que te estés poniendo los pantalones para no coger fama de guarro o de rarito (sobre todo si tu gimnasio está un barrio pijo, como es mi caso), el resto de prendas son más prescindibles, pero conviene disimular.
- Caminar de vuelta a la oficina evitando rozamientos incómodos pero sin perder la naturalidad, que la gente te mira a la cara como si supiera que no llevas gayumbos.
- Sentarse en una postura cómoda y procurar no tener pensamientos impuros que pudieran dar lugar a un problema (grande o pequeño).
- Vuelve a casa con cautela y naturalidad y no te quedes contemplando a las bellas señoritas que haya en el transporte público, que el metro está muy apretado y te puede caer una denuncia por menos de nada.
Lamento no poder aportar una estrategia para las féminas, ya que las complicaciones técnicas me son ajenas.