En todo grupo de amigos hay un borracho, es esa esponja humana capaz de ingerir grandes cantidades de alcohol y hacer que un sábado por la noche pase de ser normalito a ser la juerga padre. Eso sí, las borracheras siguen una campana de Gauss, es decir, empiezas bebiendo hasta que llegas a ser el alma de la fiesta, la juerga padre y un jachondo, pero si continuas dándole te vas acercando cada vez más al punto de inflexión, a partir del cual comienzas un descenso hasta la resaca mañanera.
Cuando alguien llega a este punto de inflexión lo ves venir, en algunas personas el síntoma de que está tocado se puede ver en los ojillos, en que empieza a tartamudear, se empieza a tambalear levemente como mecido por un suave viento, o bien se empieza a poner colorado. Ese es el momento de excusarte, vale cualquier cosa, seguro que el resto del grupo tampoco está para pensar mucho, y pirarte echando ostias a casa a dormir plácidamente. Te lo has pasado de puta madre con el borracho de turno pero como buen amigo tu deber es dejar que los demás se sientan genial ayudándole, eso les servirá para ser mejores personas.
A ver, a quién no le apetece terminar la noche con tu colega a brazos paseando por la ciudad, con ceromil grados bajo cero o ayudarle a echar la pota sin mancharse las zapatillas, vamos yo hasta estoy pensando en salir por la noche a ayudar a cualquier borracho que me encuentre por la calle. Aunque hay una cosa importante a tener en cuenta, no dejes al borracho con ese colega que no le traga, se excusará diciendo que se estaba quedando dormido para pegarle unas cuantas ostias para que espabilara.
De todas formas ahora hay una solución para disfrutar de la figura del borracho sin tener que aguantarle cuando se empiece a poner pesado y en estado comatoso. Se trata de alquilar uno, y como no le conoces de nada le puedes dejar tirado sin ningún remordimiento. "A mi, ya es mayorcito, que se hubiera controlado, además nos ha cobrado una buena pasta".
Cuando alguien llega a este punto de inflexión lo ves venir, en algunas personas el síntoma de que está tocado se puede ver en los ojillos, en que empieza a tartamudear, se empieza a tambalear levemente como mecido por un suave viento, o bien se empieza a poner colorado. Ese es el momento de excusarte, vale cualquier cosa, seguro que el resto del grupo tampoco está para pensar mucho, y pirarte echando ostias a casa a dormir plácidamente. Te lo has pasado de puta madre con el borracho de turno pero como buen amigo tu deber es dejar que los demás se sientan genial ayudándole, eso les servirá para ser mejores personas.
A ver, a quién no le apetece terminar la noche con tu colega a brazos paseando por la ciudad, con ceromil grados bajo cero o ayudarle a echar la pota sin mancharse las zapatillas, vamos yo hasta estoy pensando en salir por la noche a ayudar a cualquier borracho que me encuentre por la calle. Aunque hay una cosa importante a tener en cuenta, no dejes al borracho con ese colega que no le traga, se excusará diciendo que se estaba quedando dormido para pegarle unas cuantas ostias para que espabilara.
De todas formas ahora hay una solución para disfrutar de la figura del borracho sin tener que aguantarle cuando se empiece a poner pesado y en estado comatoso. Se trata de alquilar uno, y como no le conoces de nada le puedes dejar tirado sin ningún remordimiento. "A mi, ya es mayorcito, que se hubiera controlado, además nos ha cobrado una buena pasta".
5 comentarios:
Era un poco de coña, yo creo que a todos nos ha tocado acompañar a un amigo hasta que pudiera valerse por sí mismo y atinar a meter la llave en la puerta.
Aunque también es verdad que en mi caso nunca nadie me ha tenido que llevar a casa porque no podía ni andar. Eso sí, me las he pillado muy gordas.
De hecho a mi me gustaría saber quien alquila un borracho, no le veo ninguna utilidad pero supongo que habrá gente para todo.
Pues no lo sé, pero seguro que además cobrará sus buenas pelas por emborracharse.
Qué paixa con tu body? En mi grupo si salimos 15 salimos 15 borrachos, y de ahí no se va nadie hasta que uno vea la luz y guíe al resto o al menos nos aseguremos de que podemos meter la llave en la cerradura,esas oportunidades no hay que desaprovecharlas:)
Eso es compañerismo, sí señor. Lo bueno que tenía cuando me iba con los amigos es que un día se la pillaba uno y otro día otro, parecía que lo hacíamos a propósito y que estábamos coordinados.
Pero para mi ya se han acabado las borracheras, de vez en cuando me agarro alguna pero ya no era como antes, y la verdad es que no las echo de menos.
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