Feli feli felicidades

Últimamente no he podido escribir diariamente por razones personales, ahora está de moda recurrir a esto cuando no se hace una cosa o no se podrá hacer: “es que no puedo por razones personales, he decidido abandonar el trabajo por razones personales...”. Lo cierto es que con esta excusa, con la cual no dices nada, puedes salir airoso de algunos marrones. Aunque para mi escribir un post no es ninguna obligación sí que es una costumbre, pero esta semana en parte he dispuesto de menos tiempo libre y además tenía la cabeza llena de ideas y no me permitían elegir una de ellas para escribir. Cuando iba a por una, todas se arremolinaban en torno a ella y no podía pescarla porque entre todas mordisqueaban el hilo y el anzuelo se iba al centro del cerebro, lo que me provocaba dolor de cabeza.

Pero hoy he decidido hablar sobre lo importante de este día, en el cual murió un payaso, pero a su vez nació un montón de niños y niñas que ya no tuvieron que vivir dentro de una dictadura. Entre ellas (las niñas) hay una que se ha cruzado en mi camino y que me mola, y parece ser la contrarréplica a paquito el chocolatero, es una rojilla (su color preferido es el rojo, tiene mucha ropa de este color) y una izquierdosa (vive en un 2º izquierda), no va a misa los domingos (se queda durmiendo), escucha música rara (no la gustan los Backstreet Boys), y lee El País (no se compra el Hola!). Es el mismo demoño.

No sé, a pesar de todos estos inconvenientes, me sigue gustando, joer ahora mismo la llamo y se lo digo, bueno mejor la llamo cuando salga de misa (a no, que hoy tengo partido de fútbol), además que no se me olvide comprarme El País (me lo compro por el suplemento, que os vais a creer) y escuchar Sidonie, LHR, Budapest y Lori Meyers para el concierto del jueves que viene (no quería ir pero es que me han invitado y no sé quienes son estos grupos).
¿Y si la regalase algo? Qué podría comprarla, o mejor qué tal si la hago yo mismo el regalo con mis propias manos... y labios, jejeje, eso sería estupendo, pero no sé, a lo mejor no la gusta. Voy a echarle huevos, como los jugadores de fútbol multimillonarios le echan a las ensaladas, me pondré mi camiseta nueva con olor a Sudoku (para que veáis que voy a la moda) y la diré que me mola y la compraré un libro.