¿Los jóvenes son unos vagos?

Como ya he dicho en alguna ocasión anterior, odio las generalizaciones y ya me han dicho unas cuantas veces que los jóvenes de hoy son unos vagos y unos pasotas.

Vamos a ver si consigo explicar que no es así. En primer lugar habría que decir que es cierto que determinada gente joven puede estar desmotivada, pero no porque ellos quieran, se debe principalmente al precario estado del mercado laboral, con una temporalidad del 60 % en los y las jóvenes menores de 30 años, unas tasas de desempleo vergonzosas, con una siniestralidad mayor al resto de trabajadores debido a los esfuerzos extras que hay que hacer para mantener el puesto, como alargar la jornada o correr riesgos innecesarios, rotación de contratos, menos salario que los trabajadores más antiguos a pesar de ocupar idéntico puesto, imposibilidad de luchar sindicalmente dentro de la empresa porque te vas a la calle ya que no les cuesta nada el despido en caso de tener contrato indefinido o simplemente esperar a que se acabe el contrato en caso de ser temporal y sindicatos que solo buscan su propio beneficio.

¿Con este mercado laboral podemos plantearnos los y las jóvenes unos planes de futuro? En caso de tener suerte con un empleo relativamente estable, después nos enfrentamos con los precios de la vivienda, inaccesibles en caso de no tener pareja y en caso de tenerla, hipotecando el salario de uno de los dos miembros.

Quizás para analizar la situación mejor, haré dos grupos, en primer lugar hablaré de aquellos que invierten una buena parte de su vida en estudiar. Actualmente si quieres trabajar en aquello en lo que has estudiado tienes que ser “el mejor”, pero además tienes que tener varios master, saber algunos idiomas y tener un enchufe porque sino a lo mejor tampoco lo consigues. Esto es debido a que el mercado laboral no puede absorber a tantos jóvenes con preparación universitaria, y la consecuencia es ocupar puestos en los cuales desarrollas tareas por debajo de tu cualificación. ¿Y qué origina? Desmotivación, y la desmotivación qué origina, pues que los jefes piensen que somos unos vagos y que no nos identificamos con la empresa.

Por otro lado están los jóvenes que trabajan en puestos con baja cualificación, algunos de ellos ocupados por gente con carreras universitarias pero en otros casos sin estudios. Los segundos no están desmotivados como seguramente lo estarán los primeros puesto que ya estaban preparados mentalmente para realizar estos trabajos. Trabajos que pueden ser ocupados por gente muy joven, sin ninguna responsabilidad y que lo que menos les apetece es plantearse el futuro y disfrutar de la vida porque saben que en algún momento tendrán que asentar la cabeza, por eso no le dan muchas vueltas a donde estarán dentro de unos años. Por ello, pueden gastarse lo ahorrado en un coche y no pensar en una futura vivienda, viven al día. Esta situación la ven los “adultos” y se quedan con que los jóvenes van a su bola, pasan de todo y solo se lo quieren pasar bien en vez de trabajar, probablemente porque en su generación (en época franquista o en la transición) no tenían tanta libertad y fueron educados en otros valores, tales como dejarse los cuernos en el trabajo y vivir para trabajar.

En definitiva, en absoluto todos los jóvenes son unos vagos, en primer lugar es consecuencia de la situación laboral, en segundo lugar por la dificultad de planificar un futuro, y en tercer lugar porque a ojos de algunos es incompatible el trabajo con la diversión. Además se ha avanzado en lo que a conocimientos de derechos laborales se refiere, y mientras hace treinta o cuarenta años el marido se iba por la mañana y no volvía hasta por la noche a casa y se encontraba con la mesa puesta, ahora no estamos dispuestos a trabajar más de lo que tenemos que hacerlo y solo trabajamos para vivir y poder disfrutar de la vida.

Lo de que somos unos pasotas lo dejo para otra ocasión.