Después de unos días sin escribir por culpa del puto trabajo que me ha tenido ocupado, lo retomo terminando con la crónica del Ebrovision, al que voy a dedicar unas pocas líneas para poder continuar con otros temas de los que me apetece más escribir.
Después de comer el sábado fuimos al hotel a echarnos la siesta mientras pateábamos las castañas que estaban por el suelo, hasta que dejé de hacerlo. El caso es que subiendo una cuesta, le di una patadita a una y me volvió a mi y pensé: seguro que quiere recibir otra patada porque sino no volvería. Así que le enchufé una patadón que la mandé bastante lejos pero se interpuso en su camino un coche que circulaba por una calle que cruzaba a la que nosotros íbamos. La castaña fue a parar a la luna trasera del vehículo, este se paró mientras nosotros seguimos avanzando por la calle, cruzamos la otra, con el coche parado pocos metros después, y fuimos rumbo al hostal un poco rápido. Seguramente el tío del coche notó el golpe pero no sabía de donde había venido el impacto, era difícil que nos hubiera visto. Esto me dio una lección: no pegues patadas a las cosas de la calle (creo que esto ya me lo había dicho mi madre desde pequeño).
Cuando nos levantamos de la siesta decidimos hacer un botellón, botellas a las que dimos buena cuenta entre concierto y concierto. El concierto de Cooper y Deluxe geniales.
Entre el concierto de Cooper y Deluxe fuimos a ver las camisetas, esta vez sí que compré una (de Teenage Fanclub), y nos encontramos en un puesto al gafas-pasta, qué tío más tonto, vendiendo chapas y camisetas. Después fuimos a beber un rato al coche, y cuando estamos llegando le pego una patada a un melocotón que estaba en el suelo, yendo a parar a la rueda de un coche, que dio la casualidad que estaba con gente dentro. ¡¡Anda que!!
Antes del concierto de Sidonie llega un tío, que o estaba loco o un poco borracho:
- Hola, ahora tocan Los Planetas, verdad?
- Pues va a ser que no, tocaron ayer.
- Me estás vacilando, anda ya.
- Que no, que es en serio.
- Joder, pues yo que había venido solo para verlos.
- Pues lo siento, y para joderte más estuvieron de puta madre.
- ¿Y quién toca ahora?
- Sidonie
- Bueno también están bien.
Durante el concierto le vi a mi lado, al poco estaba delante, después atrás, no paraba de moverse y de pegar saltos. Un típico indie-piojoso.
El concierto de Sidonie regular, las mismas gracietas, incluido el planchazo de Axel al público, que acabó amortiguado por la cabeza de Fer, cuatro canciones del último disco, del que no soy muy optimista, y ahí se acabó el festival.
Al día siguiente, vuelta a casa mientras en el coche sonaba el carrusel, y que después de no escucharlo desde hace por lo menos 5 años sigue siendo igual de malo.
Después de comer el sábado fuimos al hotel a echarnos la siesta mientras pateábamos las castañas que estaban por el suelo, hasta que dejé de hacerlo. El caso es que subiendo una cuesta, le di una patadita a una y me volvió a mi y pensé: seguro que quiere recibir otra patada porque sino no volvería. Así que le enchufé una patadón que la mandé bastante lejos pero se interpuso en su camino un coche que circulaba por una calle que cruzaba a la que nosotros íbamos. La castaña fue a parar a la luna trasera del vehículo, este se paró mientras nosotros seguimos avanzando por la calle, cruzamos la otra, con el coche parado pocos metros después, y fuimos rumbo al hostal un poco rápido. Seguramente el tío del coche notó el golpe pero no sabía de donde había venido el impacto, era difícil que nos hubiera visto. Esto me dio una lección: no pegues patadas a las cosas de la calle (creo que esto ya me lo había dicho mi madre desde pequeño).
Cuando nos levantamos de la siesta decidimos hacer un botellón, botellas a las que dimos buena cuenta entre concierto y concierto. El concierto de Cooper y Deluxe geniales.
Entre el concierto de Cooper y Deluxe fuimos a ver las camisetas, esta vez sí que compré una (de Teenage Fanclub), y nos encontramos en un puesto al gafas-pasta, qué tío más tonto, vendiendo chapas y camisetas. Después fuimos a beber un rato al coche, y cuando estamos llegando le pego una patada a un melocotón que estaba en el suelo, yendo a parar a la rueda de un coche, que dio la casualidad que estaba con gente dentro. ¡¡Anda que!!
Antes del concierto de Sidonie llega un tío, que o estaba loco o un poco borracho:
- Hola, ahora tocan Los Planetas, verdad?
- Pues va a ser que no, tocaron ayer.
- Me estás vacilando, anda ya.
- Que no, que es en serio.
- Joder, pues yo que había venido solo para verlos.
- Pues lo siento, y para joderte más estuvieron de puta madre.
- ¿Y quién toca ahora?
- Sidonie
- Bueno también están bien.
Durante el concierto le vi a mi lado, al poco estaba delante, después atrás, no paraba de moverse y de pegar saltos. Un típico indie-piojoso.
El concierto de Sidonie regular, las mismas gracietas, incluido el planchazo de Axel al público, que acabó amortiguado por la cabeza de Fer, cuatro canciones del último disco, del que no soy muy optimista, y ahí se acabó el festival.
Al día siguiente, vuelta a casa mientras en el coche sonaba el carrusel, y que después de no escucharlo desde hace por lo menos 5 años sigue siendo igual de malo.
3 comentarios:
Los anónimos estos serán de Mirinda de Ebro...¡y yo en la boda!
pues vaya esto fue todo?
Es que no he podido escribir hasta ayer y me apetecía cambiar de tema, ya ha quedado atrás y tengo cosas más interesantes de las que escribir.
Has visitado ya la luna de los políticos???
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