miércoles, 30 de abril de 2008

El corazón de la montaña

- ¿Aquí es donde ibas a traerme?
- Efectivamente, ¿no te gusta?
- Bueno es una pared de piedra bastante bonita pero…, no sé, como me dijistes que me ibas a enseñar un lugar muy especial…
- Y tanto que es especial, es mi rinconcito en el mundo, un espacio en en el que realmente me siento tal y como soy, puedo hacer lo que quiera, volar, cantar, reir, llorar, y todo ello sin pensar en el que dirán.
- Suena fantástico cariño pero dónde está ese sitio, yo sólo veo la pared de una montaña bastante alta.
- Efectivamente es una montaña, pero…, ¿y si pudieramos llegar al corazón de esta montaña?
- ¿Cómo?
- Ven, dame la mano, cierra los ojos y confía en mi.

Así fue como traspasamos la montaña y llegamos al corazón de la misma, al abrir los ojos María vió un mundo lleno de vivos colores, con una luz que atravesaba la piel produciendo una sensación de calidez muy agradable. El cielo era de color aguamarina y todo estaba cubierto por una alfombra de hierba fresca. Una vez los ojos de María se habían adaptado a aquel universo de ilusión, la llevé a un sitio que había descubierto hacía unas semanas. Era un explanada aparentemente normal, cubierta de un tupido césped verde pero con una peculiaridad: si saltabas sobre el suelo salías despedido hacia arriba, como si brincaras sobre una colchoneta a lo bestia.

Saltamos y saltamos atravesando las nubes, los dos al unísono, riendo como lo venimos haciendo desde que nos conocimos, disfrutando con cada momento en el que nuestras manos están unidas, mirándonos a unos ojos invadidos por luciérnagas. Era fantástico estar en las nubes, con aquel hermoso fondo aguamarina, viendo como pájaros de seda vuelan libremente, sólo molestados por aviones de papel cargados de lágrimas de luna. Y no es que la luna esté triste, no, todo lo contrario, está alegre porque por fin después de mucho tiempo puede estar junto a su sol. Los aviones, pilotados por mariquitas, sueltan el agua en unos estanques en los que viven peces de papel de aluminio, los cuales se asoman para verte pasar deseándote los buenos días con pompas de oro que salen del agua y suben hasta el cielo. Finalmente terminamos exhaustos del ejercicio físico, así que decidimos descansar un rato en una nube de algodón desde donde podíamos vislumbrar todo aquél lugar:

- ¿Cuánto tiempo llevará esto aquí?
- Supongo que desde el inicio de la vida.
- Es raro que aún siga así de espléndido con la cantidad de gente mala que hay, si llegaran a descubrir este lugar seguramente acabarían con él.
- Eso es imposible mi vida, este rinconcito que te acabo de descubrir es indestructible. ¿Ves aquel árbol de allí, el que tiene el pajarito cantando sobre su copa?
- Sí.
- Antes de ser árbol era una persona que por casualidad encontró este lugar en medio del tiempo y el espacio, pero su corazón era negro, lleno de odio y rencor. Al entrar aquí su cuerpo mutó en una bola de plastilina marrón de la que surgió un espléndido árbol, y tras las primeras lluvias brotaron de él hojas verde oliva que atrajeron hacia si a un sinfín de pajarillos multicolor, que con sus trinos hacen aún más agradable pasear por su lado.
- Esto es fantástico.
- Es fantástico pero hay un pero.
- ¿Cuál?
- El único inconveniente es que no podemos pasar aquí más de dos horas seguidas, sino también nosotros mutaríamos y no podríamos salir jamás. Y como queda poco para que se cumplan esas dos horas, ¿qué te parece si bajamos de esta esponjosa nube y volvemos a nuestra realidad?
- Está bien.

Así fue como bajamos de la nube por medio de un arcoiris mientras disfrutábamos de las ilusiones de color provocadas por la luz al irrumpir en las pompas de los pececillos. Una vez en tierra firme, volvimos a traspasar la pared de roca para dar por finalizado aquel viaje. A pesar del miedo de mostrar aquel mundo a María resultó ser la mejor decisión tomada desde hace mucho tiempo.

- ¿Y este mundo cómo lo descubristes? – me preguntó María.
- Por casualidad, como todo en mi vida, pero creo que cada persona a lo largo de su existencia descubrirá su mundo.
- No sé si esa afirmación se cumplirá en mi caso.
- Quizás lo acabas de descubrir hace tan solo un momento, puede que tu mundo sea el mismo que el mío...

22 comentarios:

Alana dijo...

Sólo hace falta cerrar los ojos para encontrarlo.. todos tenemos nuestro rinconcito, aunque lo demás no lo entiendan, es único y por eso tan especial :)

carmncitta dijo...

qué bonito final, estoy casi segura que María y el tipo de la historia comparten ese mundo :)

Lara dijo...

Jo! que bonito ¿ese es tu mundo? ¿y a mí no podrías llevar? ;)
Muuuuuuacks!

rake dijo...

Que bonitooo!! :)
Seguro que todos tenemos un mundo por ahi, solo hay que encontrarlo!
besillos

Chasky dijo...

Estoy seguro de ello, lo único que algunos tardamos más que otros en encontrarlo.

Yamil dijo...

Me gusta tu mundo ^_^
Y quién es María? Uyuyuyuy! ^^
Chao!!!

Eva dijo...

Es una poética manera de hacer presente este espacio, que en el fondo todos tenemos pero será para cada cual diferente.

Anónimo dijo...

Todos tenemos nuestros rinconcitos favoritos! si los tienes cerca puedes ir a visitarlos en cualquier ratillo que tengas libre...pero si están lejos al menos tienes la oportunidad de cerrar los ojos y dar rienda suelta a tu imaginación!

Un saludo!

anuski dijo...

Qué bonito este relato, la verdad que me ha encantado.

Todos los comentarios dicen que sí, que existe ese mundo tan particular e íntimo de cada uno.
A mí me ha gustado mucho el tuyo, con que el mio sea la mitad de bonito me conformo.

Besos.

Vitore dijo...

Yo creo que no estaría mal ser incluso el árbol en el que se convirtió la persona con el corazón negro. Si alguien talara el árbol, vería que por fin su corazón es blanco y tan bonito como tu mundo. Bello relato, chaval. Abrazos.

Tormenta. dijo...

EStoy con Alana, todos tenemos nuestro rinconcito..
Un beso, me gustó mucho este post, tu rincón tu refugio..

Pilar_Cordoba dijo...

Si señor, un 10. ¡Que post tan precioso!
Dá la sensación de que es el Paraiso.
Estoy de acuerdo con Carmncitta, el final precioso.
Te felicito.
Besitos.

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

Y ya estoy con la sonrisa idiota :-)
Siempre me ha gustado cuando hablas de tu mundo...
Un besazo, corazón.

Anónimo dijo...

Qu� lindo!!!!!!! si es que en el fondo ers un rom�ntico disfrazado de friki para disimular... precioso ni�o! con lo sensible que estoy yo pondiossssssss, me voy corriendo a ver si encuentro un lugar como ese para perderme, eso s� no m�s de dos horas no vaya a ser que me mute y me convierta en un arbolito o similar, que no quiero ser pasto de las meadas de los chuchos.

Besitos en busca del mundo perd�do...

Anónimo dijo...

la verdad es que te ha quedado muy bonito..
bessos

pepillo grillo dijo...

A veces es mejor dejarse llevar por la imaginación y olvidarte del resto y si es en compañía mejor.Ah y salut!!
Maquicastillos en el aire

Cora dijo...

joer, que bonito... leer el texto invita a pederse y a imaginarse en ese lugar...

Herel dijo...

Qué divertido saltar en una hierba elástica.
Está bien con dos horas, aún hay más mundos que descubrir.

chapete dijo...

muy chula la historia!!!

Vamos,que soy yo y me quedo alli para siempre,no lo dudo ni un momento!!!!


chauuuuuuuuu

Missy dijo...

Uaaaauuu!Me ha encantado tu cuento y tu mundo, precioso!!en serio escribes genial, todavía recuerdo eso que escribistes de las estrellas que eran reflejos de la luz de algunas personas... es de las cosas más bonitas que he leído...
Un besotee!! y me gusta tu mundo, bueno vuestro mundo, jeje!!...

María dijo...

Chasky...ahora sí que me has sorprendido, ójala encuentre mi mundo :)

Chasky dijo...

Seguro que lo encuentras, el día menos pensado hayarás ese rinconcito en el mundo en el que te encuentres a gusto.