Cómo explicar que el país más desarrollado del mundo sea el más retrasado del mundo y retroceda al siglo XIX en algunas cuestiones. La explicación a esta pregunta es debida al ultraconservadurismo religioso que vive Estados Unidos, con su presidente George Bush a la cabeza. Lo que está claro es que la Teoría de la Evolución de las Especies nunca ha gustado a algunos miembros de la sociedad americana, para ello cabe recordar que en 1925 un profesor fue sometido a juicio por enseñar dicha teoría a sus alumnos de secundaria, aunque después se le impuso una multa mínima de 100 dólares, y el veredicto fue anulado por la Corte Suprema del estado por un tecnicismo legal.
Desde hace un tiempo se lleva gastado cantidad de dinero en financiar y promover a investigadores, publicaciones dar propaganda a una nueva teoría sobre la evolución de las especies a la que se ha llamado “diseño inteligente”. El “diseño inteligente” lo que viene a decir es que hay ciertas especies de seres vivos demasiado complejos como para ser el resultado de la evolución, debido a lo cual debe existir un ser divino encargado de crear a estos seres. Y lo que pretende el actual Gobierno Bush es incluir dentro de los temarios de la escuela esta teoría, junto con la Teoría de la Evolución, para que puedan ser comparadas; eso sí una vez consigan introducirla estoy seguro de que convencerán a los niños de que esta es la que deben tomar como cierta.
Pero esta nueva ofensiva contra la teoría darwiniana no es nueva, ya durante el periodo en el que Ronald Reagan fue presidente intentó introducir el Creacionismo en la escuela pública, aunque no consiguió hacerlo. El Creacionismo era una teoría aún más atrasada que el “diseño inteligente”, según la cual la vida fue creada tal y como aparece reflejado en la Biblia. Lo que si tiene en común esta teoría como la anterior es que es promovida por las mismas fuerzas conservadoras, cuyos integrantes seguro educan a sus hijos dentro de una perfecta rectitud cristiana, incluyendo “buenos” juguetes.
Y detrás de toda esta discusión se encuentra, según el New York Times, el Discovery Institute, que financiado por fuerzas cristianas ha conseguido a través de estudiosos y publicaciones introducir en la sociedad americana dudas sobre la veracidad de la Teoría de la Evolución; y evidentemente ha calado, debido a la hipocresía de sus ciudadanos que pueden seguir a sus reverendos hasta el fin del mundo, incluso hasta perder el tiempo los domingos en misa, y después ser capaces de pegar un tiro al que se les cruce en el camino, puesto que disponer de un arma es un derecho constitucional como siempre están diciendo, así salen luego los hijos.
Evidentemente grupos de científicos han mostrado su disgusto por esta nueva teoría, que por supuesto no puede demostrarse científicamente. Pero desde hace tiempo el gobierno se encarga de no apoyar con dinero público proyectos “peligrosos” para ellos o para la doctrina cristiana, como por ejemplo temas medioambientales, de educación sexual, investigaciones sobre las células madre... Además también se encargan de convulsionar más a la sociedad con encuestas financiadas por ellos mismos, como la realizada por Gallup, según la cual el 45 por ciento del público estadounidense cree que la versión bíblica de la creación del ser humano es cierta y sólo un tercio de la población cree en la teoría de Darwin.
Pero esta discusión no sólo se da en EE.UU., ya el año pasado Berlusconi intentó hacer algo parecido, aunque tuvo que retroceder debido a la presión de la comunidad científica.
Con estas cosas me dan ganas de pegarme un tiro.
Desde hace un tiempo se lleva gastado cantidad de dinero en financiar y promover a investigadores, publicaciones dar propaganda a una nueva teoría sobre la evolución de las especies a la que se ha llamado “diseño inteligente”. El “diseño inteligente” lo que viene a decir es que hay ciertas especies de seres vivos demasiado complejos como para ser el resultado de la evolución, debido a lo cual debe existir un ser divino encargado de crear a estos seres. Y lo que pretende el actual Gobierno Bush es incluir dentro de los temarios de la escuela esta teoría, junto con la Teoría de la Evolución, para que puedan ser comparadas; eso sí una vez consigan introducirla estoy seguro de que convencerán a los niños de que esta es la que deben tomar como cierta.
Pero esta nueva ofensiva contra la teoría darwiniana no es nueva, ya durante el periodo en el que Ronald Reagan fue presidente intentó introducir el Creacionismo en la escuela pública, aunque no consiguió hacerlo. El Creacionismo era una teoría aún más atrasada que el “diseño inteligente”, según la cual la vida fue creada tal y como aparece reflejado en la Biblia. Lo que si tiene en común esta teoría como la anterior es que es promovida por las mismas fuerzas conservadoras, cuyos integrantes seguro educan a sus hijos dentro de una perfecta rectitud cristiana, incluyendo “buenos” juguetes.
Y detrás de toda esta discusión se encuentra, según el New York Times, el Discovery Institute, que financiado por fuerzas cristianas ha conseguido a través de estudiosos y publicaciones introducir en la sociedad americana dudas sobre la veracidad de la Teoría de la Evolución; y evidentemente ha calado, debido a la hipocresía de sus ciudadanos que pueden seguir a sus reverendos hasta el fin del mundo, incluso hasta perder el tiempo los domingos en misa, y después ser capaces de pegar un tiro al que se les cruce en el camino, puesto que disponer de un arma es un derecho constitucional como siempre están diciendo, así salen luego los hijos.
Evidentemente grupos de científicos han mostrado su disgusto por esta nueva teoría, que por supuesto no puede demostrarse científicamente. Pero desde hace tiempo el gobierno se encarga de no apoyar con dinero público proyectos “peligrosos” para ellos o para la doctrina cristiana, como por ejemplo temas medioambientales, de educación sexual, investigaciones sobre las células madre... Además también se encargan de convulsionar más a la sociedad con encuestas financiadas por ellos mismos, como la realizada por Gallup, según la cual el 45 por ciento del público estadounidense cree que la versión bíblica de la creación del ser humano es cierta y sólo un tercio de la población cree en la teoría de Darwin.
Pero esta discusión no sólo se da en EE.UU., ya el año pasado Berlusconi intentó hacer algo parecido, aunque tuvo que retroceder debido a la presión de la comunidad científica.
Con estas cosas me dan ganas de pegarme un tiro.
1 comentario:
Hay una alternativa, el pastafarismo
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