Jesús Vázquez Bayo

Lo tengo comprobado, esté en el sitio en el que esté siempre el tío o tía más friki de alrededor se pondrá a mi lado, y en muchos casos incluso se pondrá a hablar conmigo. Sin ir más lejos este fin de semana entré con un colega a tomarme la penúltima copichuela en un pub y justo nos fuimos a colocar al lado del friki, y mira que había sitio pero no, nos tuvimos que poner al lado del tiparraco aquél. Era una mezcla de Jesús Vázquez con Chimo Bayo, de unos cuarenta y tantos años, se notaba que había hecho gimnasio aunque ya tenía un poco de barriguilla.

Pedimos nuestra copita y a los dos minutos el tío coge su mochila del suelo y se la acerca un poco más a donde estaba, movimiento que le sirve para romper el hielo:

- Es que he estado jugando al fútbol esta tarde.

-Ahhmmmm – respondemos mi colega Ruanillo (se llama Juanillo pero el Word me lo cambia a Ruanillo así que se queda Ruanillo) y yo.

Seguro que es el típico chulito de playa

Una vez roto el hielo y visto que le respondíamos cogió carrerilla y nos empezó a contar toda su vida, comenzando de lo más reciente a lo más antiguo. Primero lo típico de los borrachos, lo rico que está un Johnnie Walker con hielo, aunque en este caso no veía el hielo por ninguna parte y no se mojó los labios ni una sola vez en los 20 o 30 minutos que estuvimos allí, cuando estaba a punto de echar un trago dejaba el vaso y se ponía a rajar otra vez.

Lo primero que te cuentan los borrachos es lo legales que son, lo segundo que todas las personas somos unos hijos de puta y ya roto el hielo empiezan a rajar sobre las mujeres. Pero antes de esto también tuvo tiempo para hablarnos de la manifestación del Día del Orgullo, nos dijo que estuvo comprando unas camisas por la calle Montera y le miraban todos los tíos. Allí se compró una camiseta del Betis en una tienda, cuyo dependiente según él era gay, nos enseñó hasta la camiseta que la llevaba en la mochila. Llegados a este punto ya estaba empezando a aburrirme así que me centré en mi ron con coca-cola, esforzándome por no dejarme vencer por un sueño cada vez más acuciante.

En el siguiente post las experiencias del tiparraco con las mujeres.