
Bien, he descubierto que algunos ombligos tienen en su interior una especie de agujero negro que se comunica con una galaxia remota. ¿Cómo he conseguido saber esto? Pues tomándome a mi mismo como conejillo de indias, y así de paso demostrar a mis colegas que la fama de guarro que tengo es desmerecida, y que yo no tengo la culpa de criar una costra de mierda en el ombligo. Gracias a una pequeña minicámara he conseguido traspasar el agujero negro que tengo en mi ombligo y llegar a un mundo desconocido, habitado por seres diminutos.
Y estos putos seres lo que hacen es depositar su basura en los extremos opuestos a los que nosotros tenemos en nuestros ombligos. Y como siempre, yo soy el que peor suerte tiene en cualquier situación y a mi me ha tocado la familia de enanos estelares más guarros, y los cabrones no paran de echar mierda por el agujero de los cojones.
Actualmente estoy en guerra con ellos, he descubierto que de la misma manera que ellos pueden deshacerse de sus guarrerías, yo también puedo hacerlo con las mías, así que ahora en vez de tirar los deshechos a la basura me los meto por el ombligo (cáscaras de plátano, bolsas rotas, raspas de pescado, esos CD’s que te regalan, las botellas vacías de los botellones…). Vamos a ver quién puede más pero a mi en cabezón no me gana nadie, así que supongo que será una batalla larga pero estoy confiado en la victoria, y os animo a vosotros a que también luchéis como yo.