Están mejor las mozas que los pisos

Ayer estuve en el Salón Inmobiliario de Madrid a ver si encontraba una chabola baratita y liberar así a mis padres de mi. Estuve toda la tarde dando vueltas, de un lado para otro dando mis datos para que me avisen de futuras promociones de vivienda protegida, y poco más, porque los precios son tan disparatados que no me puedo permitir ni los de 1 habitación. Aunque la verdad es que iba con un pequeño enchufe en una de las promotoras y probablemente me “cuelen en las listas” cuando comiencen a construir en unos terrenos en un año como mucho, pero eso no quitará que luego tenga que pagar 200.000 euros por un piso de 70 metros cuadrados.

Y visto que mi panorama económico en relación con la vivienda era desolador me dediqué a robar todo lo que pude: bolis, caramelos, patatas fritas, carteras, gorras, refrescos, agua…

La verdad es que se me da muy bien robar en estos sitios pero sin duda las viejas me superan con creces. Estoy en un stand rellenando una ficha cuando llega una vieja y le dice a la señorita: “Me da un boli para los niños, es que es para que pinten y dibujen”, yo me quedo flipado y me empiezo a descojonar, cuando ya me iba a marchar repito las mismas palabras de la vieja a la señorita del stand y nos descojonamos los dos, al menos le alegré un rato la tarde a la chica porque debe aburrir un montón estar sentado todo el día viendo como viejas le roban los bolis.

Eso sí, yo me paraba a hablar con todas las chicas de los stands, “hola, hola, ¿qué tipo de chabolas tenéis aquí?” y si me interesaba lo que me decía genial y si no pues miraba lo buena que estaba. De hecho conseguí el teléfono de una, me dio una tarjetita con su nombre y teléfono, yo creo que le molé aunque la chica con la que fui me dijo que de eso nada, que le estaba dando tarjetas a todo el mundo, el caso es que en unas horas hablé con más chicas que en lo que llevo de año aunque el resultado fue el mismo.

Y ya abandonando el recinto, pensando en las cervezas que me iba a tomar en el bar de moda de Madrid, vi a la señora mayor de los bolis para los niños, con su marido y su nieto cogiendo caramelos a puñados de un stand y metiéndolos en bolsas, y además lo hacían sin ningún tipo de vergüenza; pero si esto fuera poco el niño en vez de un globito llevaba 8 por lo menos atados en la muñeca.