Después de un frustrado plan es el momento de decidir qué hago durante toda la tarde, no sé que hacer, no quiero meterme en casa de nuevo, prefiero estar en la calle, voy a andar un rato a ver si surge algo. Me gusta andar, perderme por una ciudad o pueblo y conocerlo, yo mismo, sólo, sin compañía, dedicándome un rato a mi, a conocerme mejor, a buscar solución a problemillas, a reir con las ocurrencias de un niño, a llorar con un recuerdo, en definitiva, a vivir con quien más quiero.
Con la música en la oreja comienzo el paseo, y pronto asisto al cacheo de unos chavales por parte de varios policías, estoy seguro de que les ha tocado a ellos por como iban vestidos. Ya veo la relación de ideas en la cabeza del madero, camiseta con hoja de marihuana = fuma marihuana = lleva marihuana, espero a ver el desenlace, no encuentran nada, que se jodan y se gasten ellos las pelas si se quieren fumar unos porros.
Hay mucha gente por la calle pero me da igual, yo voy a mi ritmo, no tengo prisa, quien quiera ir corriendo que ponga el intermitente y me adelante si quiere, no quiero ir rápido. Prefiero ir despacio, disfrutar de aquellas cosas en las que no nos fijamos, los edificios con sus hermosos tejados, esas pequeñas tiendas que normalmente pasan desapercibidas, el beso de una pareja, ese trabajador con tirantes en una ventana de una compañía de seguros al que le pican los huevos, una inmensa cola para sacar dinero de un cajero.
Veo un bar, en el cual se tiene que estar muy a gusto, donde recuperar fuerzas y entrar en calor, que los 6 grados de la calle pasan factura. Una caña por favor, echo una rápida ojeada a la clientela del establecimiento, y sin querer me quedo hipnotizado por una hermosa chica sentada en la barra, es guapa la verdad, pelo largo y rubio, ojos claros y labios carnosos, la miro, me mira, vergonzosos apartamos la mirada casi a la vez, bebo un poco de cerveza para recuperarme, de nuevo con fuerzas vuelvo a levantar la vista hacia ella y observo perplejo como se está besando con un chico. Bueno no pasa nada, eso sí me quedo con la sensación de que le gustan los tíos feos, despeinados y con barba de una semana, una pena, peor para ella porque cumplía todos los requisitos.
De nuevo en la calle me abrigo bien, me pongo de nuevo los cascos, ahora tengo a Clap Your Hands And Say Yeah en la cabeza, vuelvo a coger ritmo, un niño de 5 años anda más rápido que yo, pero me da lo mismo que los conductores esperen nerviosos mientras cruzo por los pasos de peatones. Veo pasar un camión cargado de esculturas de colores de Quijotes, hasta hace unos minutos vivían en una plaza cercana, al final de la calle veo otro camión, esta vez cargado de cartones y papeles, todavía caben más, el contenedor de reciclaje está lleno. Mientras, delante de mi, un hombre va más despacio que yo, le cuesta arrastrar los pies y empujar un carro, quizás el único calor que tiene en estas fechas sea el del cigarro que lleva en la boca. Le adelanto por la izquierda.
Cambio de música, Aberfeldy, voy pegando patadas a las hojas caídas en el suelo, y sin querer una lágrima cae lentamente por mi mejilla acompañando el ritmo del Love Like An Arrow, intento poner paz y sentido común en la guerra que tengo desencadenada en mi interior, lo voy a conseguir, de la mierda también salen flores.
Llego a casa, me siento mucho mejor que cuando salí, quizás he cambiado un poco en los últimos meses, quizás ahora soy más comprensivo, quizás más tolerante, quizás mejor persona, quizás más tranquilo, quizás menos impulsivo, quizás más sensible, quizás más maduro, y ahora seguro mucho más fuerte.
Con la música en la oreja comienzo el paseo, y pronto asisto al cacheo de unos chavales por parte de varios policías, estoy seguro de que les ha tocado a ellos por como iban vestidos. Ya veo la relación de ideas en la cabeza del madero, camiseta con hoja de marihuana = fuma marihuana = lleva marihuana, espero a ver el desenlace, no encuentran nada, que se jodan y se gasten ellos las pelas si se quieren fumar unos porros.
Hay mucha gente por la calle pero me da igual, yo voy a mi ritmo, no tengo prisa, quien quiera ir corriendo que ponga el intermitente y me adelante si quiere, no quiero ir rápido. Prefiero ir despacio, disfrutar de aquellas cosas en las que no nos fijamos, los edificios con sus hermosos tejados, esas pequeñas tiendas que normalmente pasan desapercibidas, el beso de una pareja, ese trabajador con tirantes en una ventana de una compañía de seguros al que le pican los huevos, una inmensa cola para sacar dinero de un cajero.
Veo un bar, en el cual se tiene que estar muy a gusto, donde recuperar fuerzas y entrar en calor, que los 6 grados de la calle pasan factura. Una caña por favor, echo una rápida ojeada a la clientela del establecimiento, y sin querer me quedo hipnotizado por una hermosa chica sentada en la barra, es guapa la verdad, pelo largo y rubio, ojos claros y labios carnosos, la miro, me mira, vergonzosos apartamos la mirada casi a la vez, bebo un poco de cerveza para recuperarme, de nuevo con fuerzas vuelvo a levantar la vista hacia ella y observo perplejo como se está besando con un chico. Bueno no pasa nada, eso sí me quedo con la sensación de que le gustan los tíos feos, despeinados y con barba de una semana, una pena, peor para ella porque cumplía todos los requisitos.
De nuevo en la calle me abrigo bien, me pongo de nuevo los cascos, ahora tengo a Clap Your Hands And Say Yeah en la cabeza, vuelvo a coger ritmo, un niño de 5 años anda más rápido que yo, pero me da lo mismo que los conductores esperen nerviosos mientras cruzo por los pasos de peatones. Veo pasar un camión cargado de esculturas de colores de Quijotes, hasta hace unos minutos vivían en una plaza cercana, al final de la calle veo otro camión, esta vez cargado de cartones y papeles, todavía caben más, el contenedor de reciclaje está lleno. Mientras, delante de mi, un hombre va más despacio que yo, le cuesta arrastrar los pies y empujar un carro, quizás el único calor que tiene en estas fechas sea el del cigarro que lleva en la boca. Le adelanto por la izquierda.
Cambio de música, Aberfeldy, voy pegando patadas a las hojas caídas en el suelo, y sin querer una lágrima cae lentamente por mi mejilla acompañando el ritmo del Love Like An Arrow, intento poner paz y sentido común en la guerra que tengo desencadenada en mi interior, lo voy a conseguir, de la mierda también salen flores.
Llego a casa, me siento mucho mejor que cuando salí, quizás he cambiado un poco en los últimos meses, quizás ahora soy más comprensivo, quizás más tolerante, quizás mejor persona, quizás más tranquilo, quizás menos impulsivo, quizás más sensible, quizás más maduro, y ahora seguro mucho más fuerte.
9 comentarios:
Por cierto, Aberfeldy toca el 5 de enero en Madrid en La Casa Encendida por 3 euros.
magnifico post, yo tambien soy de las que le gustan caminar en soledad y observar todo lo que me rodea.
me quedo embobada con los edificios de Madrid (tengo más de un chichon que lo demuestra). A veces me paro al lado del sturbuck de Callao y observo la gente que pasa sin cesar, sur ropas, sus conversaciones... y en mi cara aparece una sonrisilla estupida pero me da igual.
PD: gracias por el paseo.
Un becho!
A mi me gusta andar y hay mucha gente que no lo entiende, que prefieren coger el autobús o el metro para dos paradas, o incluso coger un taxi. Se gastan 3 euros en un taxi en un trayecto en el cual andando se tarda 10 minutos, y encima te miran con cara rara cuando dices que mejor vamos andando.
deberíamos hacerlo más a menudo, no sólo andar, sino mirar al resto de la gente, verlos y darnos cuenta de que son personas
Y además pasa la tarde tan bien y es muy económico. Eso sí, al pobre mp3 le di una buena paliza, así pasó que cuando llegué a mi casa se jodió, menos mal que le dí un poco de calorcito y cariño y ha vuelto a funcionar.
Uy, parece que te hace falta un abracito no? Pues te mando uno muy grande, crecer es difícil y una mierda, y estar melancólico más todavía. Que me lo digan a mí que tengo tendencias depresivas.Lo dicho, un abracito muy grande
Por cierto, si te entra la depre te invito a venirte de mercadillo conmigo cuando quieras :)
Gracias por el abrazo y por la invitación.
Nos vemos en los mercadillos, un beso.
Chasky, es que cuando a uno le sobra la pasta, se acuerda de los taxistas, de que es bueno que la pasta cambie de manos, ya sabes.
Vale, va a sonar a coña, pero te juro que en el estado irónico-histérico que me encuentro tu post me ha recordado al diputado este que iba con la mochila por España, Labordeta creo que se llama.
Y respecto a lo de "quizás más tranquilo, quizás menos impulsivo"... bueno, no exageres no exageres. Que además ser nervioso e impulsivo no tiene absolutamente nada de malo, se llama Energía. Vaya, eso suena a anuncio de bebida energética.
Ánimo neng. Que somos pocos pero no cobardes.
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