Pepe en Bruselas

TANTA SEGURIDAD ES PELIGROSA

Me encontraba en Bruselas, el corazón de Europa, más concretamente en la estación de metro de Schumman, junto a las sedes de las instituciones europeas. Un servidor, que no suele moverse por esos sitios, trata de ir lo más presentable posible, y qué mejor que mis recién comprados pantalones de pana fina de las rebajas. Pero en seguida comprobé que no me quedaban tan bien como me pareció en la tienda, eran demasiado anchos de cintura y se me deslizaban hacia abajo en cuanto daba dos pasos. Eso había que solucionarlo.

No llevaba cinturón, pero no me di por vencido, si algo nos hace a los humanos mejores que el resto de monos es nuestra capacidad para superar los imprevistos. Hice inventario mental de todo lo que llevaba, tratando de dar con un imperdible o una cuerda que pudiera utilizar, y nada. Luego recordé que mi paraguas tenía un cordoncito en el mango que aunque no muy grande, podía servir para unir dos pasadores de la cintura del pantalón y ceñirlo un poco. Me río yo de McGuiver.

Totalmente centrado en mi tarea, desenrosqué el mango del paraguas, desaté el nudo y conseguí sacar el cordón. Me disponía a enroscar el mango otra vez cuando me vi interrumpido por un guardia de seguridad que me preguntó en perfecto francés algo que no llegué a comprender, pero por el tono creo que quería que le explicara mi sospechoso comportamiento. “Se me caen los pantalones”, le dije en inglés, convencido de que entendería la relación entre el problema de mi vestimenta y la operación que le estaba practicando al paraguas. Miró mis pantalones, miró a su compañero, y luego ambos miraron mi documentación, mi maletín y mi paraguas.

Tras demostrarles para qué quería el cordón logré convencerles de que no era un peligroso terrorista con un arma de destrucción masiva escondida en el paraguas y me dejaron seguir mi camino. Menos mal que somos europeos, si se le ocurre a alguien desmontar un paraguas junto a un edificio institucional en los Estados Unidos seguro que le pegan dos tiros antes de preguntarle.

Para los que puedan pensar que Pepe soy yo voy a explicar que se trata de un colega que antes tenía una sección en este blog en la que nos contaba deportes de riesgo en la oficina, como véis ahora viaja por el mundo y le pasan cosas que solo le pueden suceder a él.