Virgen por delante y mártir por detrás

Supongo que en todos los lugares habrá personajes, pero en concreto en Madrid están por todos lados, además que te paran como si se olieran que tengo un blog y quieren que les dedique un post. Y eso es lo que ha hecho un señor menudo y desdentado, que rondaría los sesenta y cinco años, cuando en el descanso del curro veníamos de estirar las piernas y al pararnos junto a otros compañeros que estaban fumando, nos dijo:

- Hola amigos, me podéis dejar un par de euros para un bocadillo.

- Lo siento pero no tenemos nada – le dijimos al pobre hombre, y además diciendo la verdad porque no nos habíamos bajado ni un duro.

Pero la diferencia entre este hombre con otros que van pidiendo pelas, es que a los otros si les dices que no tienes dinero te ponen mala cara y se van, este señor sin embargo te toca una bonita canción con una armónica.

Sip, tal y como habéis leído. Sacó una armónica de su bolsillo y se puso en medio de la calle a deleitarnos con una bonita tonada. Y ya, una vez cogida confianza, nos dice que es virgen por delante y mártir por detrás. Así sin más, ya nos conocía lo suficiente como para contarnos sus intimidades. Llegados a este punto algunas compañeras hicieron amago de matar los cigarrillos y subirse al curro, y más cuando se puso otra vez a tocar la armónica.

Pero el hombrecillo, viendo que tenía que cambiar el registro para seguir manteniendo la audiencia, se puso serio y nos contó que fue profesor de música. De hecho estuvo dando clases a la hija de una señora ricachona de Madrid, y que al principio estuvo bien pero tuvo que dejarlo porque la chica le acosaba, se le echaba encima y le decía que era muy guapo.

- ¿Y qué iba a hacer yo? – nos dijo – si siempre he sido un pobre mártir, jejejeje.

Con estas últimas palabras del señor, comenzamos a huir, que a parte de llevar un buen rato de descanso, estábamos concentrando demasiadas miradas.