Mirada panetrante

Estaba el fin de semana comiendo en el Vips, más tranquilo que todas las cosas sin tener que currar, relajado y feliz con el puente después de comprarme unos pantalones un poco gafapastosos. Y menos mal que estaba tranquilo y sin prisas porque entre lo primero que pedimos para zampar y lo segundo tardaron como poco diez minutos (pudieron ser quince). Algo similar ocurrió con el postre y viendo que no venían me puse a hacer el tonto.

Había un tío en el mantel que me estaba todo el rato mirando mientras se comía un cacho papel, no es que me pusiera nervioso pero me estaba dando mal rollo cómo me miraba.

Así que rápidamente le cambié la mirada: ahora en vez de tener una mirada penetrante tendría una mirada panetrante.

Ni que decir que cuando llegó el camarero con los postres me pilló haciendo el imbécil con las migas de pan, comentando a mi amiga (más que amiga) que el señor con la mirada panetrante era diseñador de pantalones y tocaba la pandereta en un grupo de heavy metal panameño.