La puta vieja

Últimamente me estoy volviendo más antisocial de lo que era pero es que no soporto a la gente, y más concretamente con esas personas, ¡¡¡no puedo con ellas!!!. Luego dicen que me meto con las viejunas, en favor de algunas he de decir que las habrá muy majas, pero o hay muchas que me sacan de mis casillas o las pocas que hay se cruzan en mi camino.

El otro día fuí al teatro a ver una comedia en la que las carcajadas eran inevitables, me costó 18 euritos (y menos mal que iba con oferta que sino eran 25 €). No está mal, 18 €, pero bueno tampoco importa demasiado pagar tantas pelas si uno se lo pasa bien. La obra, aunque tampoco era una supermaravilla, estaba muy entretenida y te hacía reir sin parar, de hecho en algunos momentos no escuchaba lo que decían los actores porque eran más sonoras las risas que tenía a mi alrededor. Pero tranquilos que no me voy a quejar por reirse la gente, eso es algo inevitable e incluso sano, lo que me puso de los nervios fue la puta vieja.

A pesar de las amenazas no me callaré jamás

Sí, la puta vieja (como veréis ni siquiera la llamo viejuna, esta merecía un calificativo más contundente) me jodío la función. Yo pago para escuchar a los actores y no a una puta vieja comentando cada diálogo a voz en grito, ¿me pregunto si era la primera vez que iba al teatro?. Era insoportable, decía una frase un actor y ella le replicaba, había una situación conflictiva en la obra y ella cual hooligan chillaba al actor lo que debía hacer. Me parece perfecto que vaya al teatro a desestresarse pero creo que no era la mejor forma de hacerlo porque no se encontraba sola en la sala, si lo que quería era desahogarse podía haber ido a una velada de pressing catch o romper guías telefónicas a puñetazos. Eso era lo que yo necesitaba, una guía de teléfonos para metérsela en la boca a la señora a ver si se callaba.

En esta ocasión me aguanté pero terminé tan quemado y temblando de rabia que juro que la próxima que me ocurra algo similar le suelto a la persona en cuestión alguna lindeza.