Ahora sí que sí, me quedé sin vacaciones

Pues eso, que me he quedado ya sin vacaciones, ayer llegué a casa a eso de las mil, el motivo: que se pinchó una rueda del autobús pero el conductor, previa orden de su jefe, siguió adelante con esa rueda chafada durante 150 kilómetros hasta que dijo basta y petó por completo a media hora de la estación. Así que allí estuvimos durante casi una hora esperando a que viniese otro autobús a rescatarnos y una vez llegó en medio de la autovía, sin chalecos reflectantes ni hostias, haciendo el traslado de maletas y de nosotros mismos.

Pero la gracia del asunto también estuvo en que enfrente teníamos un club, no sé de que sería pero tenía unas luces de neón rosas muy chulas, y claro, pues empezaron las bromitas de los tíos: "pues mientras esperamos al otro autobús podríamos tomarnos algo ahí", "oye pues no es mala idea". El autobusero intentaba convencerles de que no era buena idea porque no podían salir sin chalecos, solo él podía hacerlo y no estaba por la labor porque ese mismo día, en cuanto llegara a Madrid comenzaban sus vacaciones y quería empezarlas lleno de amor para juguetear con su mujer.

De todas formas finalmente llegué, dos horas después de lo previsto pero llegué, por lo demás en Granada de puta madre como siempre aunque por la noche no había demasiada gente, nos pasamos por el Sugarpop y estaba vacío a la 1, increíble cuando otras veces había cola para entrar; en cuanto a las tapas la rehostia, recomendables el Boabdil, el Maymi y los de la calle Sócrates; y qué decir de esos personajes con mayúsculas que pululan por las calles, con su manada de piojos, sus manos negruzcas y su inseparable litrona, que buenos que son; pero no solo eso sino que además nos dio tiempo a ir a la Alpujarra, a la playa de Salobreña y subir al Veleta.

Ya os iré poniendo alguna fotillo de las vacaciones que las ha habido muy chulas y curiosas, mientras tanto os dejo con una de la Alpujarra y otra de Granada vista desde la Alcazaba de la Alhambra.