lunes, 16 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Tómate la última


¿Por qué si dices que te marchas después de tomarte unas cañas o copas, alguien salta con: tómate la última?

Porque digo yo, si dices que te vas será por algo y si quisieras tomarte una más te quedarías, ¿o no? Y de todas formas, por muchas explicaciones que des siempre el pesado de turno continua haciendo todo lo posible por retenerte.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Palabas que molan (III)


La palabra protagonista de este post la aprendí hace no demasiado y hasta entonces no tenía ni puñetera idea de su significado, a ver a que os suena a vosotros un guango.

Un guango según la tercera imagen de Google

Pues no, a pesar de que la tercera imagen de Google (en realidad las primeras son parecidas) es la de un pajarillo, un guango no tiene nada que ver. Veamos lo que dice la RAE sobre los guangos:

1. m. Sal. Cobertizo largo y estrecho con la techumbre a dos aguas.

En realidad aunque el diccionario dice que la procedencia de la palabra es de Salamanca yo la he escuchado en las zonas rurales de Ávila, en donde es muy frecuente hacerse estos cobertizos para guardar las herramientas de trabajo.

jueves, 28 de abril de 2011

Magia en el baño


Hoy tras una visita rutinaria al baño del curro me he encontrado con que algo había cambiado, como si al cerrar la puerta hubiera entrado en el mundo de los sueños, donde las formas y materias a las que estamos acostumbrados pueden variar. Por ejemplo, las líneas rectas se tornan en curvas y los materiales duros se vuelven blandos.

Como si de una obra de Gaudí se tratara, como por arte de magia el baño de mi curro ha variado la forma de sus paredes.

En la foto no puede apreciarse demasiado bien pero en vivo
la forma de las dos paredes es espectacular

De todas formas al final me temo que la magia y los sueños han quedado a un lado y todo se debe a que se estaba filtrando agua del desagüe del aire acondicionado, provocando que se abombaran las paredes.

lunes, 25 de abril de 2011

Buscando en el baúl de los recuerdos


Cada día estoy más convencido de que a medida que te vas haciendo mayor terminas haciendo lo mismo, o adoptando las mismas costumbres, que las generaciones pasadas.

Hoy en concreto me gustaría hablar de las fotos, y yendo aún más al detalle, de la manía que tienen las madres a medida que van cumpliendo años de enseñar esas fotos tuyas en las que eras un renacuajo. Mi madre ya no pierde la oportunidad de una nueva visita para sacar los álbumes.

- Mira Fulanita, qué bien sale aquí cuando tenía 4 años en la playa.

Vale que no es lo mismo que Fulanita te vea en pelotas ahora que cuando tenía 4 años, pero tampoco me hace mucha gracia que mi santa madre vaya enseñando esa foto mía con la cola al aire.

Además es que las madres se pueden tirar horas explicando todo lo que rodea a una foto; y ahí se tiran, sin pasar página, todo el tiempo que sea necesario para que ningún detalle se quede olvidado. Mientras tanto, tú al principio lo llevas con filosofía pero a medida que las fotos van pasando y la madre se va animando a contar cada vez más “detallitos”, sin obviar ninguno que te pueda ridiculizar, tu paciencia se va agotando.

Y precisamente ese es el momento, cuando tu paciencia está llegando al límite, en el cual a tu madre se le ocurre la brillante idea de ir a por el libro sagrado para terminar la fiesta: el álbum de la comunión. Supongo que a alguien le molarán esas fotos con traje de gilipollas pero la mayoría las detestamos, de hecho si por mi fuera las quemaba porque solo con verme en ellas me doy asco a mi mismo. Pero claro, no lo hacemos porque sino destrozaríamos el corazón de nuestras madres...

jueves, 21 de abril de 2011

El cebollón playero


Ain, si es que ya sabía yo que no podía ser tan torpe. Aquí tenéis la foto del cebollón en medio de la playa y a pocos pasos de la orilla. Pensaba que tenía la foto en la cámara pero al parecer la hice con el móvil.


lunes, 18 de abril de 2011

La plaga de ardillas y el cebollón playero


Antes de hablar de las ardillas, voy a comentar lo del cebollón playero. En realidad no debería estar explicándolo sino que bastaría una imagen, pero inexplicablemente mi torpeza me llevó a eliminar la foto. En cualquier caso, lo curioso del tema es que nos encontramos una cebolla de proporciones gigantescas plantada en la orilla del mar.

Y ahora sí, las ardillas. Miles de estos simpáticos y juguetones bichejos pululaban por las zonas rocosas de las playas. Molaban cuando se comían los cacahuetes de nuestras manos, pero ya no tanto cuando emitían una especie de chillido, no sé si pidiendo más comida o llamando a algún pariente o colega.

Ardilla comiéndose uno de nuestros cacahuetes

Luego nos enteramos que esos graciosos animalejos se habían convertido en una plaga en Fuerteventura, alguien las había introducido como una mascota en la isla y ahora estaba acabando con la poca vegetación que hay, incluidos los cultivos. No sabemos qué comen ni qué beben pero ahí están, desertizando la isla.